sábado, 23 de agosto de 2014

En busca del plan B. Atlético 1 - Real Madrid 0

   En sólo dos minutos había resuelto el partido Simeone. Había logrado sorprender a su rival, que como le sucede en muchas ocasiones salió al campo con ciertas dosis de pereza. Y es que eso es lo que parece que le provocan a este equipo los contrarios que le atosigan demasiado. Viendo a algunos jugadores del Real Madrid, uno tiene la impresión de que les molesta en exceso la presión asfixiante que les plantean los jugadores colchoneros.
   Pereza y lentitud son los dos ingredientes que componen este plato que se les viene atragantando. Da igual cuál sea la alineación que presente. Si sales como diciendo "queda mucho partido, ahora no nos vamos a poner frenéticos", y encima te mueves como un elefante y no haces correr el balón, pues tienes muchas papeletas para encajar un gol. Si a ello le añades errores de concepto que Ramos comete con frecuencia (no sé cómo pueden decir que es el mejor central del mundo), como el de colocarse encima de Griezmann para no disputarle el balón por arriba y dejar el pasillo franco a Mandzukic, está claro que el gol llegará más pronto que tarde.
   Aunque un poco mejor partido que el anterior, sobre todo en la segunda parte en que ambos equipos tuvieron sus momentos brillantes en el juego; a partir de los primeros minutos de agitación rojiblanca y el gol consiguiente, el Madrid pudo tener algo más la pelota y desarrollar algunas jugadas de mérito, pero sin la profundidad suficientes como para inquietar  la meta contraria.
   Pedíamos en la entrada anterior un cambio de argumento por parte de Ancelotti que no se produjo. Dejó en el banquillo a algunos jugadores, entre ellos Ronaldo; pero no consiguió modificar en casi nada la forma de abordar un sistema defensivo que continúa atragantándosele. Sólo algunos momentos al final de la primera parte a cargo de James cuando deambuló por la media punta, pusieron algo de chispa al ataque blanco. Con un Benzema desaparecido y un  Bale que no lograba enlazar una jugada, la mejor opción de ataque pasaba por las entradas de Carvajal por la banda derecha. Para desesperación de todos, cambió a James en la segunda parte cuando era el único jugador que estaba llevando el peligro a la meta contraria. Volvió a arriesgar incomprensiblemente introduciendo a Ronaldo que tampoco aportó nada importante, y finalmente introdujo los cambios de Isco y Marcelo que llegaron algo tarde y sin resultados.
   El Madrid jugó mejor cuando Kroos se marchó, lo que quizá merezca alguna reflexión de cara a modificar ese triplete en el centro del campo. Si bien es verdad que la llegada del alemán y del colombiano, junto a la salida de Di María parece que le ha deshecho el puzzle que logró componer en la anterior temporada.
   Escuché a Ancelotti hacer un análisis de este partido como si perteneciera a la anterior temporada. Creo que es un grave error considerarlo así. Este partido pertenece a esta temporada, o mejor dicho a esta pretemporada, y debe analizarlo bajo esa premisa. Cuanto más tarde en dejar de pensar en la buena temporada pasada, peor para él, para el equipo y para el club. Las alaracas de la prensa anunciando un ciclo triunfador, el sexteto, y todas esas majaderías pueden llevar al equipo a un rotundo fracaso. El nivel competitivo que hay en las tres competiciones (Liga, Copa y Liga de Campeones) es más elevado que nunca. Empezar dormido en los laureles puede dejarte sin capacidad de reacción en la Liga, tal como ocurrió ayer en el partido.
   Esta partida se la ganó de nuevo Simeone a Ancelotti. Pero no me resisto a comentar que el argentino está dando pasos hacia la emulación del tan denostado Mourinho, ayer salió con un nivel de excitación y protesta constante que parece transmitir a sus jugadores, y hasta se atrevió a dar unas collejas al cuarto árbitro. De momento conductas que en su "modelo" hubieran provocado un terremoto nacional, parecen pasar sin pena ni gloria para la prensa.
   Ancelotti debe concentrarse en preparar su puzzle sin Di María. Esta semana por fin se ha clarificado poniéndose a trabajar sin él. Club y entrenador deben clarificar estos aspectos antes, pues hasta ahora se percibían dos discursos. Quizá si hubiera trabajado sobre un plan B para atacar el sistema de Simeone durante la pretemporada, a estas alturas tendría el problema resuelto.  Aunque tardó en encontrarlo, el italiano demostró la pasada temporada ser capaz de encontrar equilibrios imposibles como el del lío de la portería o el encaje de Di María. Mimbres tiene para ello.


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