viernes, 9 de mayo de 2014

Agotados. Valladolid 1 - R. Madrid 1

    Resulta difícil ganar un partido hoy por hoy cuando juegas andando. Y eso es lo que hicieron una gran parte de los jugadores del Madrid durante todo el partido de ayer. Con esta intensidad sesteante se llegó al término de la primera parte con el resultado a favor, fruto de una jugada a balón parado protagonizada por uno de los pocos jugadores realmente en forma en esta recta final.
    Con una renta tan exigua el equipo comenzó la segunda parte aún peor de lo que finalizó la primera. Sin pulso y sin ideas para poder matar el partido. Conforme avanzaban los minutos parecía mas claro que los jugadores merengues se encontraban acomodados para defender el resultado, olvidándose de buscar otra estrategia más sacrificada.
    ¿Cuáles fueron las claves de este despropósito?  Pues la verdad es que no esperaba tener que decirlo de nuevo, pero lo hemos escrito en otras ocasiones y lo veníamos anunciando (véase la entrada del 8 de abril), en el Equipo se vislumbraba un cansancio ya hace un mes. La eliminatoria contra el Bayern y la final de la Copa del Rey han podido dar otra imagen; el equipo se concentró y llegó al límite de sus fuerzas físicas y mentales en estos encuentros.
     Ahora tenemos un equipo diezmado por las lesiones, donde el fondo de armario tenía que haber hecho su trabajo, y como habíamos vaticinado en la entrada mencionada, el poco uso de los jugadores de segunda fila no iban  a aportar gran cosa. 
    Ayer, paradógicamente, fueron los jugadores más veteranos los que tiraron del carro (Ramos, Pepe, Xabi) y estuvieron más comprometidos. Ellos parecían ser los únicos conscientes de lo que se jugaba el equipo. Era la hora de los Isco, Di María, Benzema, Illarramendi; pero esa hora llegó para constatar la abdicación de todos ellos a coger las riendas del equipo. Tampoco estuvo acertado Modric, que parece necesitar motivación extra para desarrollar el fútbol que atesora. Resultaba desesperante ver las evoluciones en el juego de Isco o Benzema, cual dos "pasotas" sin sangre en las venas. 
    Ancelotti, de nuevo tardó en darse cuenta de quiénes no estaban para jugar un encuentro como el de ayer. Hizo los cambios tarde y con poca fortuna; ni Marcelo, ni Illarra aportaron frescura, y aunque reconozco que no era mala idea situar a Marcelo arriba, el entrenador debe saber en qué está ahora este chico, desde luego no para levantar un partido muerto.
    Así las cosas, era cuestión de tiempo que el Valladolid alcanzase su objetivo. Y llegó en el peor momento, cuando ya no había tiempo para reaccionar, si es que el equipo estuviera para ello.
    El equipo da muestras de agotamiento no solo por la falta de intensidad, ideas y juego, sino por las numerosas lesiones musculares que se están acumulando "casualmente" en este sprint de final de temporada. 
  Perdida la Liga, esperamos que la motivación extra que supone una final de la Liga de Campeones, junto a la recuperación que puede suponer no disputar los encuentros que restan de la Liga, pueda ofrecernos la de cal.
    Por lo visto ayer, el nivel de esfuerzo exhibido contra el Valencia volvió a repetirse aún con más nitidez. La confianza en la victoria europea se resquebraja; pero tenemos que confiar en las recuparaciones físicas y anímicas del maltrecho vestuario. Veremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe con letra minúscula. Los comentarios con insultos serán eliminados.