jueves, 4 de octubre de 2012

Trámite balsámico. Ajax-Real Madrid

    Cada vez más la primera fase de la Liga de Campeones parece un trámite para los equipos que tienen un cierto nivel. Las diferencias entre los equipos son enormes, como quedó de manifiesto en el partido disputado ayer.  Quizá no tenga solución, pero hay equipos que se quedan fuera de esta competición con mucha más categoría que otros que están en la misma.
   Dejando al margen lo expuesto, el Ajax no es ni sombra del equipo que maravilló al mundo futbolístico en otras épocas, y tampoco el equipo bisoño pero alegre en su juego de los últimos años. 
   Frente a un equipo romo en ataque y bastante inocente en la zaga, el Real Madríd desarrolló su juego con absoluta solvencia. Prueba de ello  (esto es una maldad, pero lo pienso) es que hasta Kaká brilló como hacía tiempo que no lo hacía.
   El encuentro no permite por ello extraer conclusiones como algunos se han aventurado a extraer. No creo que después del mismo pueda decirse que el equipo está en un buen momento o haya mejorado ostensiblemente. Sin embargo, sí que podemos decir que ha servido como bálsamo para curar algunas de las heridas, aunque éstas sigan estando ahí. 
   Este partido hace equipo, da confianza y seguridad, pero debe saberse que el rival no dio la talla. Cuando el rival cambie (véase Barça este fin de semana) habrá que ver hasta dónde se han subsando los problemas que aquejan al equipo.
   Si hemos sostenido que el problema del equipo en este inicio era de cansancio y pereza para competir, este tipo de partidos de guante blanco no creo que ayuden mucho, pero sí para calmar las aguas que aparecían demasiado revueltas tras el asunto Sergio Ramos versus Mourinho.
   Con todo ello lo que sucederá el próximo domingo se presenta como una incognita dado el estado en que ambos equipos se encuentran. El Barça arrastra muchas dudas en defensa, pero el Madrid parece que también tiene una gran debilidad en esa misma línea a balón parado. Recordemos que ayer el gol del Ajax llegó de nuevo en este tipo de jugada; un equipo que no inquietó en todo el partido la portería de Casillas, pero que con el gol encajado estuvo a punto de empatar el partido.
    La mayor esperanza se llama Xabi Alonso. Se le ve bastante más fino en todas las fases del juego, pero especialmente en las transiciones a larga distancia en las que ayer dio un recital impresionante. Estos pases milimétricos a distancias "kilométricas", y el golazo de Benzema justificaron las dos horas de tiempo ante el televisor.
    El domingo tenemos una cita decisiva para el equipo. El rival se puede permitir tropezar, el Madrid, no
  
  

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