Que era previsible ganar en Zaragoza estaba en la mente de casi todos. Lo que quizá no podíamos suponer que lo hiciera con la facilidad y la contundencia que lo hizo el Madrid.
Como casi siempre sucede en dominios tan apabullantes como los del pasado domingo, resulta difícil extraer conclusiones. Casi nadie desentonó, o casi todos estuvieron bien; pero hay algunas consideraciones que hacer:
La primera, que este inicio de temporada coge al equipo más rodado que sus rivales, lo que puede inducir a error.
La segunda, que el equipo está más engranado que la pasada temporada, puesto que los jugadores se conocen más, saben mejor cuáles son sus movimientos y lo que el entrenador quiere de ellos.
La tercera, que el rival pareció facilitar las cosas.
La primera tiene la particularidad de que si se hace una buena administración de la plantilla no resultará difícil mantener ese estado físico que se vio sobre el campo. Aunque el portugués no fue muy dado a las rotaciones en la temporada pasada, es posible que este año, con el esquema asumido por los jugadores, se permita mantener más jugadores en contacto semanal con la competición.
La segunda queda probada por la movilidad de los delanteros y la fácil adaptación de Coentrao al experimento de jugar junto a Alonso.
La tercera es una sensación que siempre hemos tenido en las últimas temporadas con los equipos que se enfrentaban al Barcelona. No es mala señal.
Para terminar, quiero llamar la atencion sobre un hecho que se produjo a lo largo del partido, y que me pareció muy significativo. Por un lado, la capacidad de asociación que tiene Benzema con todos los compañeros, y especialmente con Ozil; Por otro, la incapacidad de Iguaín para ser generoso con esos mismos compañeros. Ya tenemos uno que parece no tener remedio en ese sentido (Cristiano); pero creo que un equipo ganador no puede permitirse tener dos en la misma delantera.
Con todo, parece haber terreno para la ilusión esta temporada.
Como casi siempre sucede en dominios tan apabullantes como los del pasado domingo, resulta difícil extraer conclusiones. Casi nadie desentonó, o casi todos estuvieron bien; pero hay algunas consideraciones que hacer:
La primera, que este inicio de temporada coge al equipo más rodado que sus rivales, lo que puede inducir a error.
La segunda, que el equipo está más engranado que la pasada temporada, puesto que los jugadores se conocen más, saben mejor cuáles son sus movimientos y lo que el entrenador quiere de ellos.
La tercera, que el rival pareció facilitar las cosas.
La primera tiene la particularidad de que si se hace una buena administración de la plantilla no resultará difícil mantener ese estado físico que se vio sobre el campo. Aunque el portugués no fue muy dado a las rotaciones en la temporada pasada, es posible que este año, con el esquema asumido por los jugadores, se permita mantener más jugadores en contacto semanal con la competición.
La segunda queda probada por la movilidad de los delanteros y la fácil adaptación de Coentrao al experimento de jugar junto a Alonso.
La tercera es una sensación que siempre hemos tenido en las últimas temporadas con los equipos que se enfrentaban al Barcelona. No es mala señal.
Para terminar, quiero llamar la atencion sobre un hecho que se produjo a lo largo del partido, y que me pareció muy significativo. Por un lado, la capacidad de asociación que tiene Benzema con todos los compañeros, y especialmente con Ozil; Por otro, la incapacidad de Iguaín para ser generoso con esos mismos compañeros. Ya tenemos uno que parece no tener remedio en ese sentido (Cristiano); pero creo que un equipo ganador no puede permitirse tener dos en la misma delantera.
Con todo, parece haber terreno para la ilusión esta temporada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe con letra minúscula. Los comentarios con insultos serán eliminados.