martes, 19 de marzo de 2019

El regreso de Zidane. R. Madrid 2 - Celta de Vigo 0


   Como decíamos ayer..."Se marcha un caballero en toda la regla. Un hombre tranquilo y discreto que logró apaciguar este convulso y difícil club, y por añadidura, con una sonrisa permanente. El modelo de entrenador que parece triunfar en este club, pese a las opiniones de mano dura y caras largas que otros se empeñan en demandar". Ya sé que no queda muy bien citarse a uno mismo, pero en un caso de ida y vuelta como este creo que está justificado. 
   Esto escribíamos el cinco de junio del año pasado, tras su marcha como entrenador del Real Madrid. Y así podríamos comenzar esta entrada con las mismas palabras, si bien cambiando algunos verbos y tiempos. 
   No esperemos lecciones de tácticas y un equipo perfectamente ensamblado y trabajado en el terreno de lo colectivo. Zidane ha regresado con la misma contradicción con la que se marchó: dijo que "sería justo"..., pero a su manera. Todos entendemos por justo, que jueguen los que están en mejor forma y trabajan mejor en los entrenamientos; sin embargo Zidane considera titulares a los que él cree que son los mejores, y a partir de ahí, los demás deben luchar por estar para sustituciones, ya sean estas de partido completo o para reactivación del equipo. Digamos que aplica dos baremos de justicia; uno para los que son titulares según su criterio, y otro para los que son suplentes. Y a este último grupo es al que él se dirige cuando dice que va a ser justo. Eso no quita que alguno (véase Lucas Vázquez) no pueda acceder al estatus de titular, si fuera necesario.
    Con esta idea previa, se explica la decisión tomada con apenas tres días en el banquillo, rehabilitando a todos los "proscritos" de la etapa anterior. Una decisión que terminó saliéndole bien porque todo era propicio a ello: el hecho de jugar como local, lo inofensivo del rival y la motivación extra proporcionada a estos jugadores que llevaban meses sin competir.
    Pero entrando en el partido, sorprende que jugadores como Bale o Marcelo fueran capaces de dar mucho más de sí de lo que venían ofreciendo, incluso en los momentos en que se ha jugado el Madrid la temporada. No recuerdo haber visto a un Bale tan activo en el Madrid nunca. Marcelo hizo lo que sabe hacer como nadie, que es atacar y destrozar a las defensas contrarias, amparado en la falta de poder ofensivo del rival que en ningún momento le puso en el brete de tener que defender, su gran asignatura pendiente. No sorprendió Isco porque su estado de forma se evidenció que no es el adecuado. Y finalmente, vimos un Asensio desconocido esta temporada porque se atrevió por fin a encarar y desbordar una y otra vez.  Solo una cosa más; con este centro de campo nos preguntamos cuánto podrá durar Modric pegándose esas palizas para estar arriba y abajo a la vez.
     Si esta segunda parte de Zidane al frente del equipo no cambia su proceder, todo apunta a que los titularísimos no van a coger su estado de forma ideal en los entrenamientos, sino en el terreno de juego. Con esta premisa, nos preguntamos si con él habría explotado un jugador como Vinicius o Reguilón. 
    Con todo, bienvenido sea Zidane porque en eso de manejar el vestuario y tener a casi todos contentos, o al menos no desconectados, es un auténtico maestro. Deseamos fervientemente que triunfe de nuevo en esta segunda etapa como no puede ser de otra forma, entre otras razones porque la dirección del club puede estar tentado de traer una mano "militar" que no creemos que sea lo mejor para el equipo y para el club. 
   Los jugadores mandan: echaron a Benítez porque tenía ideas propias, hicieron campeón a Zidane porque les dejaba hacer; echaron a Lopetegui porque les hacía correr demasiado, han echado a Solari porque no se casó con nadie... Veremos qué hacen con Zidane; en junio se marchó porque creyó que su discurso se había agotado con esta plantilla. Quizá es sabedor de que va a tener una plantilla a su gusto por completo para la próxima temporada. De lo contrario no se entendería su vuelta. 

martes, 12 de marzo de 2019

Benzema y Modric rescatan del abismo al equipo. Valladolid 1 - R. Madrid 4

    Temíamos que el equipo no diera la cara como tal en este partido, y eso vino a ocurrir en los veinte primeros minutos de un encuentro clave para el devenir de lo que queda de temporada. Tras ese período de desorden y descontrol en el que el Valladolid pudo haber dejado K.O. a su rival (el VAR anuló dos goles y desperdiciaron un penalti),  sobrevino poco a poco, tras un gol vallisoletano y un empate oportuno, un dominio y un mayor control del partido por parte de los blancos.
     Después vino a suceder que los goles fueron cayendo en momentos oportunos y la llegada del tercer gol tranquilizó a todos, incluido el Valladolid que no bajó la guardia en ningún momento, conscientes de que este Madrid es muy vulnerable en todos los sentidos, incluido en el aspecto anímico. La aparición del mejor Benzema levantó al equipo, trabajando de forma incansable por todo el frente de ataque, buscando asociaciones con cualquiera que estuviera dispuesto a seguirle. Ahí se sumó Modric (a ratos con pérdidas poco habituales en él, pero cogiendo la batuta), y ahí se fraguó una victoria por la que nadie en los primeros minutos hubiera dado nada. 
    Analizar este partido después de los numerosos acontecimientos que se han producido en las últimas horas resulta complicado; sobre todo porque casi todo ha quedado arrasado por las noticias. Pero hay algunos aspectos que no van a variar pese al cambio de entrenador.
    Es indudable que urge dotar al equipo de un sistema defensivo que permita sostenerlo cuando pierde la pelota, y a su vez recuperar de vez en cuando alguna para poder salir al contragolpe. Ello frenaría las acometidas del contrario que se puede permitir el lujo de atacar con casi todo, porque sabe que el Madrid no sale con rapidez. O si lo hace (véase Vinicius cuando estaba u Odriozola el domingo) tiene que frenarse porque nadie o casi nadie es capaz de seguirles en velocidad. Si no robas, si no contragolpeas es imposible que el contrario te respete. Si a eso le añades la debilidad defensiva de todo el equipo, pero esencialmente de la propia línea defensiva, entonces juegas a la ruleta rusa. Ayer todas las jugadas cayeron del lado blanco por los pelos; el día del Ajax en casa fue al revés; el del Ajax en Amsterdam volvieron a caer del lado blanco...
     Una de las peores noticias del domingo tiene que ver con las deficiencias defensivas de Odriozola y de Reguilón. Del primero ya teníamos pruebas sobradas, pero del segundo no. Esto es preocupante, ya que estaba siendo hasta ahora un modelo en defensa y en ataque. Esperemos que solo se tratara de un mal día. Los centrales estuvieron muy irregulares, con alternancia de buenas acciones y despistes increíbles en jugadores de élite mundial como es el caso de Varane. 
     Lo de Kroos no vamos a insistir en ello, simplemente no está para jugar; pero estando Isco fuera, a Solari no le quedaba más remedio que alinearlo. Las dos últimas sustituciones no le habían sentado muy bien, lo que apuntaba a un nuevo caso de rebeldía: muy comprometido no le hemos visto.
    Si este último extremo se confirma, estaríamos hablando de casi media plantilla en estado de guerra con el entrenador. No es pues de extrañar que el Presidente haya decidido sustituirle. Sin embargo, da repelús pensar que muchos jugadores hayan podido estar maniobrando y tensando la cuerda para echar al entrenador, a riesgo de caer en todas las competiciones. 
    Bienvenido sea pues de nuevo Zidane, que, aunque no es el entrenador que hubieramos querido, porque ya tuvo problemas parecidos con esta plantilla y por eso se marchó; sí es verdad que en todos los finales de temporada ha sido capaz de llevarlos a lo más alto. Este año nos tendremos que conformar con que nos deje en la Liga de Campeones de cara a la próxima temporada. Veremos.
     

miércoles, 6 de marzo de 2019

Catástrofe sin margen para el duelo . R. Madrid 1 - Ajax 4

   Aunque todos veíamos que tras quedar apeados en La Copa y en la Liga, especialmente en el último de los enfrentamientos con el eterno rival, el equipo no estaba para muchas hazañas; sin embargo, pensamos que en Champions y con un resultado tan propicio serían capaces de presentar otra cara. O al menos teníamos esa esperanza.
  Tras un comienzo esperanzador con un cabezazo al palo de Varane y una fuerte presión blanca que permitió el control del juego; llegó el inicio de la pesadilla. De la mano de Kroos y Nacho, dos de los jugadores que están en peor estado de forma, los holandeses se pusieron por delante en el marcador. 
  Sin entrar en el relato pormenorizado del encuentro, el equipo tiró más de corazón que de juego, se vio desbordado en todo momento por los contragolpes que el centro del campo y la defensa no supieron atajar. De haber tenido más acierto de cara a portería, el resultado habría sido más abultado.
  A los dos palos en momentos clave del partido hay que sumar las dos lesiones de Lucas Vázquez y Vinicius; los dos jugadores más en forma del equipo desde hace bastante tiempo. La entrada de Bale resultó fría en la tónica de sus aportaciones últimas, y sí que vimos a un Asensio con más ganas. Su gol fue un destello de esperanza que en tan solo unos segundos se desvaneció merced al cuarto del Ajax.
  El análisis de lo sucedido puede estar influido o contaminado por los resultados previos en Copa y Liga, pero la realidad de lo vivido en Amsterdam en el partido de ida nos descabalga de esta idea. Hay que recordar que en aquel partido lo único positivo fue el resultado. El equipo se vio más desbordado de lo que estuvo ayer. Ah, y con Sergio Ramos en el campo. Lo digo porque hoy hay muchos que consideran una cuestión clave su ausencia de ayer. Sin duda fue un error provocar aquella tarjeta voluntariamente si, como parece, lo hizo de acuerdo con Solari. Y aquí entramos de lleno en la cuestión del entrenador.
   Una vez demostrado que no han sido sus derrotas previas las que condujeron a la catástrofe final, podemos decir que es en estos dos encuentros donde se han evidenciado las carencias de Solari como entrenador de este equipo. En primer lugar, por no haber preparado bien el partido de ida: ya tuvimos una suerte increíble, pero el equipo se vio incapaz de controlar el encuentro. En segundo lugar, porque tampoco ha leído bien el partido de vuelta. Al autorizar la tarjeta de Ramos, estaba minusvalorando al rival que acababa de darle un espectacular repaso. Ayer no preparó tampoco bien el encuentro. Su táctica consistió en presionar al contrario hasta la asfixia. Pero él debería conocer bien si sus jugadores están en un estado de forma como para aguantar noventa minutos a ese ritmo. Se le presentó un problema en el lateral derecho y, en lugar de reforzar y fijar a Carvajal en su posición, permitió que este perdiera la misma; apareciendo en posiciones insólitas en el lateral izquierdo cuando el pobre Modric tenía que tapar su banda. Así llegó el segundo que dejó K.O. al equipo. Alineó a jugadores que no están en condiciones físicas y anímicas, como por ejemplo Kroos, o Nacho. Dejó a Mariano en la grada; jugador que puede proponer algo en un momento de necesidad, tal como se produjo ayer tras las lesiones de Vinicius y Lucas. De Isco no hablamos, pero poner a Valverde con el partido resuelto en el minuto 87 fue el remate. En definitiva, un desastre de planificación. Y eso sin saber (sin quitar un ápice de responsabilidad a los propios jugadores) por qué este año hay tantos jugadores irrecuperables para la causa: Isco, Bale, Marcelo 
 "Estamos haciendo una temporada de mierda" fueron las palabras de Carvajal al término del partido. Desde luego es una autocrítica expresada como un exabrupto probablemente muy en caliente, pero es más bien la expresión de la impotencia y la incompresión de lo que está sucediendo a lo largo de toda la temporada. 
   La temporada no ha terminado todavía. Quienes crean que estamos clasificados para la siguiente Champions se equivocan mucho. Es imprescindible estar entre los cuatro primeros, y la trayectoria en Liga no indica que se vaya a alcanzar sin poner toda la carne en el asador.
   El hecho de que a todos (jugadores, entrenador, club) interese sobremanera esta clasificación, quizá la haga posible; pero no pueden descuidarse ni un minuto. Interesa a los jugadores que se tengan que marchar porque podrán tener mejores clubes y mejores contratos; interesa a los jugadores que se queden porque podrán jugar la Liga de Campeones la próxima temporada; interesa al entrenador porque su nombre no quedará tan marcado; e interesa al club porque sin ella será difícil traer a jugadores de alto nivel.
   No hay margen para el duelo, porque de lo contrario sí que será "una temporada de mierda".