domingo, 13 de marzo de 2016

Comatoso. Las Palmas 1 - R. Madrid 2

  Esperábamos algún tipo de ensayo de cara a la que se avecina (partido contra el Barça y los Cuartos de la Champions), pero si esa era la intención de Zidane, no creo que pueda extraer una sola conclusión de esta pesadilla de partido. 
  Aunque bien visto, como todo es susceptible de empeorar, quizá sea un ensayo de las películas de terror que de ahora en adelante vamos a vivir.
  De nuevo fue Keylor el mejor del equipo, ya que hizo numerosas paradas de tipo finalista. Es un auténtico genio achicando el espacio al delantero. Está concentrado y atento todo el encuentro y ahí está cimentando su leyenda, que lamentablemente se encamina a la intrascendencia. Porque además de él, nadie parece estar a la altura, quizá Casemiro y Modric
  No podemos salvar ninguna línea. 
  Empezando por arriba, hay una manía en este equipo que trasciende a los entrenadores (todos lo hacen) y es que se pretende que los jugadores cojan la forma a base de jugar partidos como titulares; de tal suerte que aunque Bale esté "hecho unos zorros" y se pasee por el terreno de juego o haga una galopada alocada de vez en cuando, el objetivo es acumular partidos hacia su recuperación. Por ahí ya van dos fallas (Cristiano se sabe que no va a defender). 
  Sigamos con la línea de centrocampistas; donde pudimos ver de nuevo una mala versión de Isco. He escuchado o leído que un jugador debe disfrutar del juego, pasárselo bien, como si fuera un niño, para poder jugar bien. No parece que Isco estuviera disfrutando, sin embargo tuvo una reacción malhumorada cuando fue sustituido. No entendemos esta actitud, ya que salvo Bale, él era el que peor estaba jugando en esa parcela central: paseante, intrascendente, sin sacrificio defensivo, enlenteciendo el juego en los contragolpes, perdiendo pelotas...
  Avancemos hacia atrás; y llegamos al recital de pérdidas de pelotas de Pepe, que en ocasiones parece jugar para el contrario. Aunque en su descargo tuvo que tapar en numerosas ocasiones las subidas alocadas y sin profundidad de Carvajal, que de nuevo desplegó un juego embarullado y sin cabeza, y con una  parsimonia a la hora de centrar al área insoportable.
   Esto, si hablamos de la primera parte; porque si lo hacemos de la segunda, la cuestión se reduce a una incapacidad para hacerse con  el control del juego. El equipo se echó atrás y pareciera que ensayaban  cómo defender un resultado favorable. El equipo entró en un estado comatoso. Se dejó llevar hasta que llegó el gol canario fruto de ese estado en que se encontraba el equipo.
    Un golpe de suerte en forma de devolución de error de los amarillos dio una victoria tan  poco trabajada como inmerecida.
   Repetimos, si Zidane pretendía hacer de la Liga un teatro de operaciones para ensayar cómo abordar lo que queda de Champions, desde luego hoy no era el día. Así no llegamos a semifinales.
   

miércoles, 9 de marzo de 2016

Agarrados a Navas, de nuevo. R. Madrid 2 - Roma 0

   En un partido en el que el contrario ha tenido más oportunidades claras para marcar que tú; a pesar de haber ganado por dos a cero, no puedes estar satisfecho. Es más, debes estar preocupado. Y es que tienes que pensar que el resultado es ficticio, y que la suerte no puede estar de cara siempre. 
   Algo similar ocurrió al comienzo de temporada. El equipo mantuvo el tipo en las primeras jornadas de Liga gracias a las actuaciones de Keylor. Cuando llegaron los momentos en que la pelota del contrario no rozaban el palo, sino que entraban, o cuando Keylor dejó de hacer milagros, el crédito de Benítez se agotó y el equipo comenzó a remar en contra de corriente en la Liga y perdió la Copa.
   En este partido el sistema defensivo quedó de nuevo en evidencia. Toda la zaga parece naufragar, todo el equipo parece no saber qué ha de hacer cuando tiene que defender. Fallan los centrocampistas que no tapan las subidas de sus pares, y fallan los defensas que miden mal por arriba y por abajo o hacen aguas en el uno contra uno.
   El exponente máximo de la falta de orden y actitud defensiva la encarna perfectamente Marcelo. Desconocemos si tenía órdenes de irse al ataque (aquí sí es extraordinario), pero sus idas sin retorno riguroso, y su repliegue hacia el centro de la defensa, deja una y otra vez a los centrocampistas como verdaderos laterales. Ahí se las tuvo que ver en no pocas ocasiones James, que no está para estos menesteres.
   Pero a esto hay que añadir que estas evidencias de desequilibrio no son divisadas por el cuerpo técnico. El entrenador no fue capaz de localizar la vía de agua que tenía en ese lateral donde Salah se marchaba una y otra vez sin apenas problemas ni oposición. Es preocupante que al final del encuentro declarara que el equipo estuvo bien en defensa.
   La buena noticia es la titularidad de nuevo de Casemiro, porque el Madrid necesita de un medio centro fuerte defensivamente con buena  colocación para interpretar dónde acudir y rodado en partidos. Eso lo representa hoy él mejor que nadie en el equipo. Otra gran noticia es la buenísima actuación de Lucas Silva que en dos minutos revolucionó e inclinó la balanza a favor. Se merece algo más, pero al menos ha conseguido meter la cabeza como primer revulsivo del equipo.
   Se vio mejor a Kroos que ahora debe adaptarse a su posición más natural. Ahora sí es necesario darle algunos partidos más para que pueda brillar. Nada que decir de Modric que volvió a mandar y dirigir las operaciones de forma magistral. Anotamos cierta mejoría en el juego de James, aunque sigue mirando demasiado hacia atrás; ha perdido la claridad y frescura del jugador que conocimos la pasada temporada.
   En definitiva, que el juego desarrollado no da para llegar muy lejos en esta competición, pero se atisban algunos signos para la esperanza. La Liga debería aprovecharse para experimentar esos ajustes en el sistema que permitan convertir los leves signos y una realidad. Veremos.  

viernes, 4 de marzo de 2016

Zidane leyó nuestra entrada en el blog. Levante 1 - R. Madrid 3

 Es evidente que nuestro titular no puede ser cierto, pero por la coincidencia con lo que pedíamos tal pareciera que ha sido así. Nos explicamos.  
En la anterior entrada hacíamos un análisis de la situación general que atraviesa el equipo y el club. En ese análisis comentábamos la poca iniciativa del entrenador para afrontar y abordar los cambios necesarios antes y durante los encuentros. Hablábamos incluso de cuáles podrían ser los jugadores sustituidos y los que deberían entrar. Es verdad que no dejó fuera a Kroos y a James, en parte obligado por la lesión de Modric. Sin embargo sí que introdujo en el terreno a  los tres nombres que sugeríamos: Nacho, Casemiro y Lucas Vázquez. Notamos que proponíamos un remedio sustantivo, Tres jugadores a la vez, al que se sumó la entrada de Mayoral arriba, generó una dinámica de juego completamente distinta. 
  Es cierto que el Levante no es el Atlético. El equipo levantino es colista y no será por casualidad, aun así no fue un partido fácil. Más allá del resultado, el partido estuvo muy ajustado hasta el tercero del Madrid que llegó en los últimos minutos. Pero lo que realmente cambió es la actitud de los jugadores en el terreno de juego.
  Contradiciendo a Cristiano, los jugadores trabajaron hasta la extenuación, especialmente por parte de Lucas Vázquez que no solo forzó el penalti sino que defendió como uno más. Sus incursiones por la banda siempre crearon inquietud en la zaga contraria, encaró y se ofreció con una movilidad espectacular. Casemiro liberó a Kroos de las tareas defensivas y permitió al alemán mostrarse más activo en la construcción del juego. Y Nacho, como siempre que se le requiere, cumplió con su tarea en un lateral que no es el suyo. Aún así penetró por su banda como un lateral ofensivo en varias ocasiones, a punto estuvo de materializar una oportunidad en un derechazo que se le escapó por muy poco.
  Es lamentable que Zidane haya tenido que recorrer este camino para concluir dónde estaba el problema y dónde la posible solución, puesto que en  medio se ha perdido otra competición.
  Esperamos que este camino tenga continuidad. Es posible que estos jugadores no estén preparados para disputar la Liga de Campeones, pero sí puede que sean los verdaderos culpables de que ese objetivo llegue a buen puerto. Las estrellas deben jugar, pero cuando se lo merezcan, no por contrato, no por presión de quien sea. Las propensión a las lesiones de gran parte de los supuestos titulares da para que con un poco de planificación se pueda mantener en primera línea a varios de los suplentes. El fondo de armario es lo que puede marcar la diferencia.
Veremos qué dura esta renovación; al fin y al cabo sólo han ganado al colista.