Esperábamos algún tipo de ensayo de cara a la que se avecina (partido contra el Barça y los Cuartos de la Champions), pero si esa era la intención de Zidane, no creo que pueda extraer una sola conclusión de esta pesadilla de partido.
Aunque bien visto, como todo es susceptible de empeorar, quizá sea un ensayo de las películas de terror que de ahora en adelante vamos a vivir.
De nuevo fue Keylor el mejor del equipo, ya que hizo numerosas paradas de tipo finalista. Es un auténtico genio achicando el espacio al delantero. Está concentrado y atento todo el encuentro y ahí está cimentando su leyenda, que lamentablemente se encamina a la intrascendencia. Porque además de él, nadie parece estar a la altura, quizá Casemiro y Modric
No podemos salvar ninguna línea.
Empezando por arriba, hay una manía en este equipo que trasciende a los entrenadores (todos lo hacen) y es que se pretende que los jugadores cojan la forma a base de jugar partidos como titulares; de tal suerte que aunque Bale esté "hecho unos zorros" y se pasee por el terreno de juego o haga una galopada alocada de vez en cuando, el objetivo es acumular partidos hacia su recuperación. Por ahí ya van dos fallas (Cristiano se sabe que no va a defender).
Sigamos con la línea de centrocampistas; donde pudimos ver de nuevo una mala versión de Isco. He escuchado o leído que un jugador debe disfrutar del juego, pasárselo bien, como si fuera un niño, para poder jugar bien. No parece que Isco estuviera disfrutando, sin embargo tuvo una reacción malhumorada cuando fue sustituido. No entendemos esta actitud, ya que salvo Bale, él era el que peor estaba jugando en esa parcela central: paseante, intrascendente, sin sacrificio defensivo, enlenteciendo el juego en los contragolpes, perdiendo pelotas...
Avancemos hacia atrás; y llegamos al recital de pérdidas de pelotas de Pepe, que en ocasiones parece jugar para el contrario. Aunque en su descargo tuvo que tapar en numerosas ocasiones las subidas alocadas y sin profundidad de Carvajal, que de nuevo desplegó un juego embarullado y sin cabeza, y con una parsimonia a la hora de centrar al área insoportable.
Esto, si hablamos de la primera parte; porque si lo hacemos de la segunda, la cuestión se reduce a una incapacidad para hacerse con el control del juego. El equipo se echó atrás y pareciera que ensayaban cómo defender un resultado favorable. El equipo entró en un estado comatoso. Se dejó llevar hasta que llegó el gol canario fruto de ese estado en que se encontraba el equipo.
Un golpe de suerte en forma de devolución de error de los amarillos dio una victoria tan poco trabajada como inmerecida.
Repetimos, si Zidane pretendía hacer de la Liga un teatro de operaciones para ensayar cómo abordar lo que queda de Champions, desde luego hoy no era el día. Así no llegamos a semifinales.