Quizá no se terminen materializando muchos de los fichajes que se están anunciando desde que se inició este Mundial, pues ya sabemos que gran parte del ruido que se genera en torno a esto tiene que ver con la necesidad de los medios de comunicación de estirar hasta el infinito uno de los caladeros más jugosos de las empresas de comunicación. Pero también es posible que algunos de ellos tengan como única motivación la actuación de un jugador determinado en el transcurso de esta competición.
Aunque no pueda entenderse que pescar a ese jugador que está destacando o ha destacado en una competición que en teoría se desarrolla entre los mejores del mundo, venga a resultar un fracaso; es verdad que hay algunos elementos que a mi juicio hay que matizar y que deben tenerse en cuenta.
En primer lugar, si el fútbol es un estado de ánimo (teoría a la que me apunto), las condiciones en que se celebra un Mundial no son fácilmente equiparables a lo que de modo habitual va a tener que vivir un jugador en su equipo: la motivación extra que supone tener a todo un país detrás, la sensación de hacer historia en tan poco espacio de tiempo, e incluso, el escaparate que supone para los jugadores saber que pueden ser objeto de deseo de los mejores clubes elevan ese ánimo a cotas únicas.
En segundo lugar, el estado físico en que un determinado jugador pueda llegar a una competición, que es verdad que se disputa entre los mejores; pero que en no pocas ocasiones llegan a ella en condiciones lamentables, pueden hacer brillar a ese jugador que llega en unas condiciones óptimas. No es ninguna exageración lo que los medios vienen repitiendo respecto de la programación deliberada de algunos jugadores de toda la temporada para conseguir llegar en buena forma. No vamos a citar ejemplos que son de todos conocidos.
En tercer lugar, la duración e intensidad de esta competición es determinante para que destaquen jugadores que tienen mucho poderío físico y llegan con un buen fondo. Es una competición en la que se desarrollan muchos partidos en muy poco tiempo, de modo que el estado físico viene a ser un factor determinante.
Por último, el fichaje de un jugador que brille en un mundial se encarece sobremanera, al entrar en disputa los clubes con más recursos económicos, en no pocas ocasiones obnubilados por esa jugada o jugadas espectaculares que hayan podido realizar, sin tener en cuenta las condiciones en que se han producido.
Por eso, a no ser que sea una operación que coincida casualmente con el Mundial, es decir, que ya estuviera prevista; realizar fichajes teniendo como referencia la actuación de los jugadores en este tipo de competiciones creo que no es lo más acertado.
En esta línea, James es el tipo de jugador que entraría en ese grupo de jugadores que conviene analizar bien qué ha hecho en su club en temporadas anteriores y qué necesidad tiene el equipo de este jugador. Sería absurdo que cambiaras un jugador como Di María que tienes contrastado en tu equipo, por otro más caro (según se desprende de las ofertas y peticiones de uno y otro) que no sabes cómo se va a adaptar a tu juego y cómo va a funcionar en tu equipo. De este jugador se empezó hablando de 25 millones; pues bien, lo último que se oye es una cifra que casi triplica la anterior.
Que conste que no decimos que no tenga calidad, que no sea un gran jugador; pero probablemente estemos de nuevo fichando un jugador que va a costar el doble de lo que vale, y con el añadido de que juega en una posición que tienes cubierta.
A mi juicio, los puestos a cubrir son el de un nueve clásico que aporte lo que no tienes, y el de un centrocampista que pueda sustituir a Xabi Alonso (parece que Illarra no cuenta con la confianza del entrenador).
Pongamos la caña en otro lugar, o hágase en el Mundial, si el jugador que necesitas estaba en el punto de mira antes del mismo.
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