Leo en algún periódico que ayer fue la primera vez que repitió alineación Ancelotti desde que está a cargo del equipo. Resulta sorprendente que haya pasado nada menos que una primera vuelta para llegar a ello. Esto carecería de importancia y quedaría para los amantes de la estadística, entre los cuáles me encuentro, si no fuera porque lo venimos repitiendo desde el inicio de la temporada, hasta el punto de supeditar los esquemas y tácticas de juego a este primer paso en la configuración de un equipo. A partir de este aspecto cubierto se puede empezar a hablar del ajuste necesario del esquema e, incluso, de la conveniencia de jugar de esta o aquella manera.
No realizó el equipo un partido para extraer conclusiones relevantes, sobre todo por la poca entidad del rival. El Madrid ganó casi sin despeinarse. Pero conviene hacer algunos apuntes a los distintos aspectos que conforma un equipo.
Por un lado, quedó patente el enorme potencial que tiene el equipo en las jugadas a balón parado. Con el permiso de Cristiano, Bale hizo un segundo gol que indica que tiene una gran pierna izquierda y que merecería (más allá del egoísmo de Cristiano) lanzar al menos las faltas que queden en su lado bueno. No parece que vaya a ser así, pues hubo otra falta similar en la segunda parte que el portugués se reservó.
Por otro lado, la facilidad con que Cristiano es capaz de cargar y disparar cuando le dejan espacios. El primer gol es para enmarcar, por más que le dejaran disparar desde su casa, no se espera que salga un misil con esa potencia y precisión: imparable.
Otra cuestión es la colocación de Di María, y la recurrente actitud de Ancelotti variando los esquemas en función de los jugadores que quiere meter en el terreno de juego. Supeditando su esquema de juego a la política de estar a bien con los jugadores que quiere. Ahora toca tener contento como sea a Di María para que no se vaya en el mercado de invierno, y ahí le tenemos haciendo de centrocampista y estorbándose con Marcelo o alternando con éste la banda, tanto en ataque como en defensa. Contra estos equipos tan endebles no se puede saber si este esquema 4-3-3 puede dar resultados. A mí particularmente Di María no me gusta por su juego atropellón y caótico que tiene. Pero si en algún sitio puede rendir es asignándole parcelas de juego ajustadas y precisas. Ahí mostró su cara más efectiva con Mourinho.
No podemos valorar a la defensa, dada la falta de mordiente de los verdinegros. Los centrales estuvieron más entonados que de costumbre, pero repito que no se puede valorar. Que Ramos esté en el once ideal del balón de oro me parece una broma con la temporada que se ha marcado.
Capítulo aparte merece Modric. Además de ser el jugador más en forma del equipo, y que este estado ya se prolonga suficientemente en el tiempo, atesora una calidad extraordinaria, pero a la vez un enorme valor por su capacidad para conducir, llegar y defender. El mejor, sin ninguna duda.
Finalmente, no nos gustó nada la parsimonia con que se tomó el entrenador los cambios de los jugadores que están pidiendo entrada en el equipo (véase Morata, Jesé). Con un cuatro a cero en el marcador, esperó hasta casi el minuto ochenta para hacer estos cambios que no tendrán oportunidades mejores y tranquilas para desarrollar más minutos de juego necesarios para crecer. No entendemos esta "táctica".
Si la repetición de alineación es indicador de que ya tenemos alineación no será mala señal para un equipo que está necesitado de que las piezas se engrasen adecuadamente, y eso se consigue jugando juntos. Lo cual no es contradictorio con sustituir alguna pieza cuando el partido está resuelto.
Estaremos atentos a ver qué equipo se nos presenta la próxima semana.