No tenía pensado realizar esta entrada, para no contribuir a la pervivencia de Mourinho en el tiempo del Club. He creído y creo que se debe pasar página. Sin embargo, la situación parece estar lejos de orientarse hacia adelante. Es verdad que a ello está contribuyendo la incertidumbre de un banquillo que urge ocupar, para que se ponga a trabajar cuanto antes, y dé el visto bueno a las salidas y entradas que son necesarias.
De acuerdo con esto creo que corresponde hacer balance del paso de Mourinho por el Real Madrid.
Siempre hemos sostenido que la permanencia de Mourinho estaba supeditada a los resultados, pues por lo demás está claro que la imagen del club ha quedado por los suelos después de su paso. Pedimos su salida del club en el mes de enero, con una primera vuelta de Liga de Campeones horrorosa y la afirmación de que la Liga estaba perdida a falta de una vuelta por disputar en esta competición.
Puesto que en la temporada actual no se ha conseguido ninguno de los trofeos importantes en disputa, pienso que no había razones para continuar aguantando el deterioro permanente de la imagen del club, de las relaciones en el equipo y, sobre todo, de la división dentro de la afición.
Pero qué es lo que nos lleva a pensar que no merece la pena seguir confiando el prestigio del club a este entrenador: fundamentalmente el deterioro del clima en todos los ámbitos de la vida del club.
En primer lugar, en el terreno estrictamente deportivo, si eso es posible con este entrenador, el equipo no ha tenido un esquema de juego lo suficientemente sólido, lo que le ha llevado a asomarse al abismo y depender de lo que Ronaldo pudiera o no hacer en cada partido. Por suerte, este chico ha crecido lo suficiente (parece que de motu propio, a juzgar por lo afirmado por el propio Mourinho) como para llevar al equipo al cacareado record de la pasada temporada. En esta última temporada el equipo empezó perezoso, pero esto también es responsabilidad del entrenador. No puede presentarse en una rueda de prensa y atacar a los jugadores diciendo "que no tiene equipo", como si él pasara por allí.
En segundo lugar, la gestión de la plantilla ha sido nefasta en todos los terrenos. Ha fichado a jugadores cuya valía es más que cuestionable (Khedira, Essien, Coentrao, Altintop, Adebayor...) y ha colocado a otros en el equipo titular en más de una ocasión por puro capricho o por razones no estrictamente deportivas (mucho menos de "meritocracia" como le gusta decir). En ocasiones para presionar o forzar a la directiva a contratar a algún jugador que él quería (Adebayor). ¿Qué decir de la cantera? ¿Ninguno de ellos podía o merecía haber dispuesto de la confianza del entrenador más allá de participaciones testimoniales? Por cierto, para exhibir una lista de debutantes durante su etapa no le dolieron prendas sacar a algunos durante cinco minutos. ¿No hubieran podido disponer de algunos minutos y partidos jugadores como Morata, Nacho, Jesé o Carvajal?, que casualmente siendo lateral derecho (puesto deficientemente ocupado) tuvo que irse a "hacer las américas" para ser reconocido.
En tercer lugar, creó enfrentamiento con todo el que se puso por delante: forzó la salida de Valdano (osó influenciar en el Presidente para que no se largara a dirigir la selección de Portugal), después fue a por Toril (no ponía a los jugadores en el lugar que a él se le antojaba), se enfrentó a los jugadores más emblemáticos del equipo (Ramos, Casillas, Cristiano...). Denunció públicamente a jugadores en rueda de prensa.
En cuarto lugar, puso a todo los estamentos directivos y arbitrales nacionales e internacionales en contra del Real Madrid por sus declaraciones en contra de unos y otros. Las más de las veces para justificar las derrotas propias. En ocasiones, utilizando a los jugadores para estos menesteres (véase el pobre Pepe) tanto fuera en ruedas de prensa, como dentro del terreno de juego, con comportamientos desquiciantes (véase Ramos o Pepe).
En quinto lugar, después de habérsele entregado el equipo de forma absoluta, a la primera que se torcieron las cosas comenzó a preparar su salida del club, dejándose querer por otros equipos y terminando por largarse al que todo el mundo informativo anunció que lo haría.
En sexto lugar, insufló una motivación y extra (ya de por sí importante) en los equipos nacionales que se enfrentaron al Real Madrid, especialmente del Barcelona.
En séptimo lugar, logró poner a gran parte de los medios de comunicación en su contra, lo que ha repercutido en los intereses del equipo. Las no comparecencias en ruedas de prensa o la forma en que contestó en algunas en las que compareció.
Y en octavo lugar, se ha marchado pero pretende seguir haciendo daño: no para de hacer declaraciones contra algunos jugadores, está tentando a alguno de ellos.
No todo podría ser negativo. Hay que reconocer que terminó por encontrar la forma en que había que jugar al Barça, ganándole partidos decisivos. Aspecto este importante para la afición, que vivíamos estos partidos de forma humillante. Recolocó al Madrid en los puestos de Liga de Campeones que se le supone. Pero ¿otro entrenador con tres años por delante y una plantilla mejorada a su antojo no habría alcanzado estas cotas? Es una duda razonable.
Con todo esto nos inclinamos claramente a pensar que el paso de Mourinho por el Real Madrid ha sido nefasto, que deja un vestuario dividido y con mal ambiente en el que quizá tenga que hacerse limpieza para poder recuperarlo. ¿Hasta cuándo pagaremos las consecuencias de su paso por el equipo? De momento su sombra es alargada.
¡Que venga un entrenador, ya!